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Huntington versus Santander

Que buena alimentación y salud van unidos ya lo sabemos todos. Que muchas veces miramos hacia otro lado, también. Pero cuando lo escuchas de boca de una eminencia como Valentín Fuster, parece como que te estuviera regañando tu padre.

El pasado jueves pudimos verle en el interesante documental “El estado de los obesos”, de La Sexta, y hablaba así sobre la relación entre alimentación saludable y escuela:

“… Esto va a cambiar. Yo creo que los niños van a ser un catalizador de los adultos; los niños tienen una gran influencia sobre sus padres. Cuando lleguen de la escuela les dirán a sus padres lo que han de comer, lo que no han de comer, el ejercicio que han de hacer, etc. Esto está ocurriendo ya en todos los proyectos que estamos llevando a cabo con niños.

La cultura va a entrar en un terreno de salud en los próximos años, no soy tan pesimista. El cambio ha de empezar en las escuelas. A esta edad, que es la ventana de la oportunidad, les enseñamos algo a los niños que va a quedar en su cerebro. ¿Qué va a ocurrir con estos niños cuando tengan veinte años? ¿tendrán una conducta distinta a la nuestra? Yo creo que sí.

Es una cultura, es la cultura de la salud. Esta cultura ha de entrar en todos los sistemas educativos del país; no es una cosa de gobiernos, es una responsabilidad ciudadana.“

 

Este señor, que no tiene ningún problema en charlar con Epi, Blas, Coco y Elmo sobre la importancia de la alimentación, con tal de llegar a los más pequeños y enseñarles unos correctos hábitos saludables para toda la vida, también nos inspira a nosotros.

Si bien es cierto que nuestro catering atiende diferentes comedores, a colectivos con distintas necesidades y con una horquilla amplísima de edades, siempre hemos estado especialmente atentos al poder transformador que puede tener una alimentación saludable en la escuela.

Todos los colegios de nuestra región tienen incluida, en mayor o menor medida, la alimentación saludable en su PGA y, en este nuevo curso que acaba de comenzar, nos hemos propuesto ofrecer distintas herramientas a los coles que atendemos para apoyar su labor educativa en este aspecto: experimentos, charlas con productores de Cantabria, juegos…

Para comenzar, un pequeño test de situación. Nos ha parecido interesante esta prueba que el cocinero Jamie Oliver realizó en una escuela de Huntington, EEUU, y la hemos trasladado al comedor del colegio Cisneros, de Santander. Para replicar el experimento hemos invitado a participar a diez niñas y niños de 1º y 2º de primaria que han intentado poner nombre a las hortalizas que les íbamos mostrando. El resultado ha sido bastante mejor que el del experimento de Jamie (desde luego tienen claro lo que es una patata y lo que es un tomate, no así nuestros amigos huntingonianos …¿se dirá así?), pero queda claro que tenemos que seguir haciendo pedagogía de la alimentación. Podemos empezar dejando a los niños que entren más a la cocina y pidiéndoles su ayuda para hacer la compra en el mercado (si se encargan ellos de calcular y pagar, las matemáticas son bonus track)

*Prometemos que otro día haremos una prueba con los mayores del colegio, mostrándoles ocho tipos de pescado del Cantábrico para que los identifiquen… nos tememos lo peor.

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